Un niño trata de operar un dron en su vencindario, lo que es una muestra de la magnitud de la proliferación de los drones recreativos en todo el mundo. Foto Google
La operación de drones en
el ambiente de República Dominicana es cada vez más frecuente. Debido a ello resulta frecuente observar
algunos de estos artefactos sobrevolando sobre sitios insospechados, siendo
controlados por personas de variadas edades y de múltiples extractos económicos
y sociales, quienes disfrutan plenamente de la actividad. Pero no es para menos,
el vuelo en cualquiera de sus manifestaciones, ha sido una actividad de gran interés
para el hombre, por lo que desde tiempos inmemoriales, el ser humano intentó volar.
Sin embargo, a pesar de
lo atractivo y divertido que resulta
operar u observar el vuelo de los drones, estos artefactos voladores controlados
a distancia pueden convertirse en una verdadera amenaza real para la seguridad de la navegación área,
debido a la probabilidad que tienen estos artilugios de poner en riesgo a las operación de las aeronaves que se desplazan en el espacio aéreo
donde vuelan los drones, o bien, los posibles daños que pueden causar éstos a personas o
propiedades en áreas donde son operados. Por todo lo anterior, la preocupación por
la incidencia de los drones en la
seguridad de la aviación va en aumento.
De acuerdo una publicación
del medio noticioso CNN norteamericano, los
incidentes aéreos relacionados con los
drones en el año 2015 fueron 583 acercamientos, de los cuales 188 fueron
encuentros cercanos. En 11 (once) de los casos, los aviones debieron
ejecutar maniobras evasivas para no colisionar con el dron. 3 (tres) de cada 5 (cinco)
incidentes ocurrieron a menos de 5 millas de los aeropuertos. Pero, el 91.9 % (por
ciento) de los eventos ocurrieron por
encima de los 400 (cuatrocientos) pies, lo resulta bastante alto para los drones recreativos. De acuerdo a la FAA de Estado Unidos, los incidentes relacionados con drones
han aumentado de manera drástica desde
el mes de agosto del 2015 hasta enero del 2016, revelando que el promedio de los incidentes, producto de la operación de los
drones recreativos, es de 3.5 por día,
mientras que el año 2014, estos eventos no llegaron a 1(uno) incidente por día.
La amenaza de los drones
es real. El domingo 18 de abril del 2016, BBC de Londres publicaba la ocurrencia de una colisión
entre un dron y una aeronave del tipo A320 de la aerolínea British Airways,
todo de acuerdo al reporte del piloto de la aeronave. El avión operaba un vuelo
regular originado en Ginebra, Suiza y su
destino era Londres. El avión transportaba 132 pasajeros más la tripulación,
y de acuerdo a lo informado, el choque ocurrió
cuando el avión se aproximaba a la Capital Inglesa. Por suerte el incidente no causó
danos.
La presencia de drones en
el ambiente de República Dominicana ha ido en aumento, siendo más
frecuente el uso en fines recreativos, en asuntos relacionados con trabajos fotográficos
y en transmisiones televisivas. En el caso de República Dominicana, la operación de drones está reguladas
por la Resolución 008-2015, del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), "Regulación sobre el uso y operación de los sistemas
de aeronaves piloteadas a distancia o drones sobre el territorio nacional". Debido a la amenaza de los drones
para la seguridad de la aviación, Canadá acaba de endurecer sus regulaciones en relación a los artefactos recreativos.
De acuerdo a una publicación del medio CBC News, de esta semana, Canadá ha
impuesto mayores restricciones a la operación de los muy populares drones.
Estas restricciones están dirigidas a donde, como y cuando se pueden volar estos
artefactos.
La nueva regulación tiene efecto
inmediato y refiere que los usuarios de drones recreacionales, pueden encarar multas de hasta 3,000 dólares canadienses, si un dron de
más de 250 gramos (aproximadamente media libra) es capturado operando vuelos
bajo la siguientes condiciones: a) Más alto de 90 metros. (Aproximadamente 270
pie del suelo), b) Dentro (a una distancia menor) de 75 metros de una edificación, vehículo,
persona o animal, en las noches, entre nubes o sitio donde el operador no pueda
ver el dron. c) A menos de 9 kilómetros del sitio de donde puedan despegar o aterrizar aeronaves.
d) Que el dron no tenga el nombre, dirección y teléfono del propietario escrita
en algún sitio del artefacto.
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