Reconstrucción NTSB del accidente del AAL-587 del 12 de noviembre del 2001 desde el despegue hasta el fin del vuelo. Créditos Canal Youtube
El próximo sábado 12 de
noviembre del 2016 se cumplirán quince años del fatídico accidente del vuelo
AAL-587 de Ameran Airlines, accidente aéreo que mató 260 personas, convirtiéndose en uno de
los accidentes aviación más letales ocurrido en la historia de la aviación en
cuanto al número de víctimas mortales, siendo además, el accidente de aviación que más dominicano a
matado en la historia de la aviación, quitándole la vida a 175 de nuestros compatriotas. Aquella mañana me había
integrado temprano al equipo de controladores que
inició “el turno A” en el Centro de Control del Aeropuerto Internacional
de Las Américas. A las 9:00 a.m. todo iba tranquilo en el ambiente del
centro de control. Hasta esa hora las actividades eran lentas como era
costumbre a esas horas.
Tradicionalmente durante las primeras horas de las mañanas, las actividades del Centro de Control se enfocaban en realizar tareas para “adelantarse a los acontecimientos”, preparando los trabajos para ir "más suave" durante las horas pico. Durante esos momentos confeccionábamos, manualmente, las fajas de progreso de los planes de vuelo que se “activarían” más tarde, cuando los aviones comenzaran a salir y llegar a los aeropuertos del país, o bien, cuanto se presentaran sobrevolando el espacio aéreo jurisdiccional de la República Dominicana.
Tradicionalmente durante las primeras horas de las mañanas, las actividades del Centro de Control se enfocaban en realizar tareas para “adelantarse a los acontecimientos”, preparando los trabajos para ir "más suave" durante las horas pico. Durante esos momentos confeccionábamos, manualmente, las fajas de progreso de los planes de vuelo que se “activarían” más tarde, cuando los aviones comenzaran a salir y llegar a los aeropuertos del país, o bien, cuanto se presentaran sobrevolando el espacio aéreo jurisdiccional de la República Dominicana.
Eran, aproximadamente,
las 9:20 a.m. cuando comenzaron a difundirse las primeras informaciones sobre
la ocurrencia de un accidente de aviación en Nueva York. Como es normal en
estos casos, las primeras informaciones provinieron de los medios de información internacional como el medio CNN y Fox News.
Sin embargo, a lo interior del sistema
de aviación, nadie quería “soltar prendas” por temor a violar los
procedimientos en relación a la canalización de las informaciones sobre esos
tipos de eventos. Por ello, a pesar de nuestra insistencia en principio, el supervisor de
Centro de Control de Miami solo nos respondían “I call you back” o simplemente “Stanby”o“espera”. Poco después fue precisamente
CNN el medio que confirmó de la ocurrencia de un accidente aéreo en Nueva York, confirmando que
se trataba de un vuelo que había despegado desde el Aeropuerto John F. Kennedy de Nueva
York a un país de Latinoamérica.
A las 9:30 a.m. en el Centro de Control no habíamos confirmado la información sobre el accidente. Ante la situación llamamos nueva vez al Centro de Control de Miami sin repuesta al respecto. Sin embargo, a las 09:35 a.m.
hablamos nueva vez con el supervisor de Centro de Control de Miami quien finalmente, nos confirmó que se trataba del vuelo AAL-587 y que su destino
era Santo Domingo. Confirmando también que el tipo de aeronave era un A-300B4 y que probablemente no había
sobrevivientes. Se nos dijo que el aparato había despegado desde la pista 31
izquierda del Aeropuerto Internacional
John F. Kennedy, para completar su vuelo
de itinerario como lo venía haciendo por
décadas. A partir de entonces la tensión se apoderó de todos en el Centro de
Control, mientras el teléfono del ACC jamás
dejó de sonar. El avión había caído a tierra aproximadamente dos minutos después de haber despagado y de ganar
poca altura y perder la cola y sufrir el desprendimiento de uno de sus motores,
aproximadamente, a las 9:17 hora local
de Nueva York .
Reconstrucción del evento del AA-587, el 12 de noviembre del 2001, poco antes de impactar el terreno. Nótese que el avión había perdido el estabilizador vertical y los motores mientras desendia fuera de control. Créditos Smithsonian Channel
De acuerdo a los reportes
de los medios, el avión había caído a
tierra en el Sector de Belle Harbor de Queens NY, matando a sus 260
ocupantes del aparato, incluyendo pasajeros y tripulación y a varias personas en tierra, sin confirmar el número de victimas en tierra hasta ese momento. Inmediatamente ocurrió el accidente la ciudad de Nueva York fue dominada por una situación
de tensión máxima, en un ambiente que estaba
siendo influenciado por la ocurrencia de los ataques terroristas acontecidos el 11 de septiembre del 2001, justo
dos meses antes. Debido a ello, lo primero
que le “cruzaba por la cabeza” a uno era la posibilidad de que el evento pudiera
estar relacionado con el terrorismo.
Poco después de las 10:00
de la mañana, vi entrar a un preocupado Gerente de Estación de American Airlines al Centro de Control de Vuelo, quien radio en
mano, instruía a su personal de aeropuerto sobre la situación en progreso en el
área del mostrador de la empresa en el
Aeropuerto Las Américas. A esa hora
comenzaban a llegar los primeros
familiares de los pasajeros del vuelo
accidentado, cuando muchos de ellos aún no sabían lo que estaba ocurriendo con
el vuelo que abordaron sus familiares y amigos, situación que complicaba
minuto a minuto el ambiente del aeropuerto. Mientras tanto en Nueva
York, las escenas del accidente permanecía bajo los efectos de un voraz
incendio que devoró 12 viviendas en la escena del accidente, la mayoría
ubicadas en la Calle Rockways, mientras las autoridades no descartaban posibilidades y el público
desarrollaba sus propias hipótesis sobre las causas del accidente.
La
proximidad de los eventos del 11 de septiembre del 2001 fue el cardo de cultivo
eficiente para la construcción de variadas
hipótesis sobre las causas que provocaron el accidente. Las
especulaciones se acrecentaron debido a
que precisamente, ese día en la mañana en la sede de Naciones Unidas de Nueva York se
celebraba una importante reunión con la
presencia de líderes mundiales. Mientras tanto, según avanzaba la mañana, las
llamadas del público y de los medios informativos locales de República Dominicana inundaron la red telefónica del Centro de
Control de Las Américas, todas en busca de información en relación al evento.
Durante el resto de la mañana y gran parte de la tarde, ciudad de Nueva York fue inundada de
especulaciones como es normal en estos casos. Algunas personas que presenciaron
el accidente informaron haber escuchado
una fuerte explosión previo al impacto
del avión con el suelo, mientras las autoridades de la ciudad declaraban el
Nivel de Alerta Uno, lo que implicaba el cierre de los aeropuertos de la zona,
igual que los túneles, líneas de metros
y puentes. Mientras que en el sitio del accidente, los bomberos trabajaban intensamente para extinguir el fuego que consumía los restos del avión. A
esas horas dos aviones F-16 de la Fuerza Aérea de Los Estados Unidos
sobrevolaban el área de Nueva York, imprimiéndole a la situación un alto nivel de estrés.
Mientras tanto, las escenas de dolor en al Aeropuerto
Internacional de Las Américas no se hicieron esperar, lo que se manifestaba cada
vez que a la terminal se presentaba un familiar buscando información que le
pudieran brindar algo de esperanza,
esperanza que nunca llegó. De acuerdo a las investigaciones definitivas sobre
el accidente, las causas probables del accidente estuvieron ligadas al
desprendimiento del estabilizador vertical del A-300 como consecuencia de la aplicación de una carga por encima de su
capacidad de diseño del mismo por parte
del Copiloto del avión. De acuerdo a los
registros de los accidentes en el territorio de Estados Unidos, la letalidad de
este accidente solo ha sido superado por el accidente ocurrido precisamente
a un DC-10 de American Airlines, cuando la aeronave iniciaba el vuelo AAL-191 del día 25 de mayo del 1979, vuelo que cayó a tierra cuando despegaba desde
el Aeropuerto O' Hare de Chicago con
destino al Aeropuerto de los Ángeles California. El accidente cobró la vida de la totalidad de las 273 personas
que ocupaban el avión.
A pesar de la pena por el duelo de los familiares de los dominicanos y
dominicanas que perdieron la vida en el
accidente del AAL-587, no tardé en comenzar a darme
cuenta que entre las victimas había
personas que conocía, gentes allegadas a mí. Ese fue el caso de un samané en cuyo
apartamento de Nueva York había estado, junto a mi hermano, poco tiempo antes del evento. Se trató de Gustavo Hamilton Peraux quien abordó el vuelo a pesar que alguien le pidió
que no viajara ese día. Pero por otra parte, en el accidente perdió la vida una persona
a quien conocí muy bien, quien además de estar ligado a la diplomacia, también
bregaba con la aviación comercial, me refiero
al Doctor Sigfrido Objio. A la memoria
de estas dos personas y a todas las
familias de la victimas del fatídico vuelo, a ellos dedico esta reseña del accidente del AAL-587
del 12 de noviembre del 2001, hace ya 15 años.
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