Miguelina Miguel en su uniforme de combate al lado del
crespón negro que anuncia su partida
crespón negro que anuncia su partida
De Miguelina Miguel mis mejores
recuerdos; su coraje y capacidad de trabajo, la forma de abordar las
dificultades y resolver los problemas, lo asombroso de sus iniciativas y su
forma de ser. La vi laborar en el Kennedy allá en el frío Norte, en el Aeropuerto de Puerto Plata, allí en la Novia del Atlántico y en el
Internacional del Cibao de los treintas y más caballeros. Allí, en ese Santiago del corazón
de la isla, me encontré con ella en las últimas ocasiones, cuando manejaba las
crecientes operaciones de un asombroso aeropuerto al que ella imprimió su sello
particular y su ritmo, es que ella sabía cómo hacerlo y lo hizo bien. Su discreta partida no ha
resultado tal, las gentes que nos hemos enterado, todos apesadumbrados, le brindamos
nuestros respetos y elevamos raciones por nuestra Miguelina Miguel de siempre. "Paz a su alma". Aunque en el cielo, Miguelina permanecerá en nuestras mentes y nuestros corazones.
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