Esta foto la tome la pagina de mi amigo y hermano Ing. Amarante Chevez
Como es mi costumbre, hace un rato leí el
comentario reflexión publicado por el brillante técnico en aviación avanzada y
mejor persona, Pedro Amarante Chávez, a quien conozco, admiro y respeto, y quien
ha demostrado que los dominicanos y las dominicanas
podemos ser tan buenos técnicos como el
que más, solo que no hemos tenido los medios para demostrarlo, lo que parece
estar comenzando a ocurrir, pero para aquellos quienes califiquen en alguna rama técnica del ámbito de la aviación comercial.
Como complemento de su comentario
de hoy, 12 de septiembre, Amarante publicó una foto de la “aeronave insignia” de
la desaparecida Compañía Dominicana de Aviación (CDA) por buen tiempo. Se trata
del HI-242, un B-727-200, adquirido al “cascarzo”, creo que por tan solo nueve
millones de dolares, directamente en la planta de empresa Boeing Comercial Airplanes
en Seattle, Estado Washington a mediado del año 1975. Para entonces el
Administrador General de la CDA era el Coronel Beauchamps Javier y el Doctor Joaquín
Balaguer era el Presidente de la República. CDA era orgullo del país.
El avión permaneció bastante tiempo operando para la
empresa, lo hizo por espacio de casi 23 años
presentando un buen record de seguridad y bastantes horas de servicios, siendo
volado en principio por tripulantes de mando norteamericanos y luego por dominicanos
que se integraron a la cabina de mando a volar el avión. Sin embargo,
hubo dos capitanes dominicanos que volaron “al mismo nivel, y quien sabe”, que los capitanes norteamericanos J. Cox, G.
Wiren, M. Greetchen, entre otros. Esos fueron el Capitán Percival cariñosamente
“el viejo” o mejor dicho, el maestro y el Capitán Andrews.
Este avión permitió también que un
número importante de tripulantes, netamente dominicanos quienes volaban o volaron el avión como capitanes, copilotos, ingenieros de vuelos, pulsers, azafatas, sobrecargos,
mecánicos despachadores que laboraron en una empresa verdaderamente dominicana como fue CDA. En sus aproximadamente 23 años
de operación, el HI-242 produjo recursos económicos cuantiosos, recursos que ingresaron
al país como divisas fuertes que permitieron a otras empresas del Estado
Dominicano “vadear” los requerimientos de dólares para mantenerse operando.
Un simple análisis “a vuelo de pájaro”
pudiera darnos ciertas luces a cerca de la cantidad de beneficios brutos que
produjo ese avión, teniendo en cuenta factores como un tiempo en servicios,
aproximadamente 23 años, la cantidad de vuelos realizados en ese tiempo a los
destinos tradicionales de la empresa, cantidad promedio de pasajeros, carga aérea
y correo por vuelo (carga útil o paga). En este caso particular y, para no bregar mucho,
solo veamos el destino Nueva York.
Siendo así, en 23 años volando la
ruta, el HI-242 pudo haber realizado 8,300 vuelos. Sin embargo, rebajémosle el 10%, por los días que
no voló a ese destino, entonces nos quedarían 7,470 vuelos, por supuesto, sin
los “extras sections”. Calculemos entonces el “ingreso bruto” por pasajeros en
base a un promedio del 90% de ocupación de una capacidad de los 160 asientos
del avión. Entonces quedarían 144 asientos
por vuelo.
Si calculamos esos 7,470 vuelos de los 23 años a un promedio de US$ 300.00
“dolaritos”, por asientos ocupados, los 7,470 vuelos produjeron de US$322,704,000.00
(trescientos millones setecientos cuatro mil dolares) brutos. Adicionémosle la
carga aérea a un promedio de 10,000 “libritas” R/T (ida y vuelta) a un promedio
de US$ 0.25 centavos por libra, se produjo US$18, 675,000.00 en los vuelos planteados. Entonces los pasajeros y la carga produjeron un ingreso bruto correspondiente a la friolera”
de US$ 341,379,000.00 (trescientos sesenta
millones cincuentaicuatro mil dólares) durante el periodo
de 23 años de vida útil del avión, sin calcular los vuelos en otras rutas
donde operaba habitualmente el avión como San Juan, Miami, los vuelos extras, etcétera.
Siendo esta cantidad un promedio de aproximadamente US$ 14, 842,565.00 brutos por
año en la ruta a NYC. Si el ingreso
neto fuera el 50% del ingreso bruto, entonces el avión se pagó en menos de un año
y algo.
Mucha atención y tome nota; este
no es un cálculo preciso o riguroso, es solo un cálculo a “vuelo de pájaro”. Los cálculos con fines de proyectos operacionales en aviación son bastantes rigurosos.
El HI-242 terminó sus días “arrumbao”
en el Aeropuerto Internacional del Coco de San José Costa Rica, donde fue “desguazado”,
como se dice en aviación, a causa de “una deudita” no honrada que se produjo
como fruto de un trabajos realizado a la aeronave por los mecánicos de la empresa
COPESA a finales de los noventa.
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