El
pasado jueves 04 de agosto, el vuelo EK-521 operado por un B-777 de la línea
aérea Emirate se incendió cuando aterrizaba en el Aeropuerto Internacional de
Dubái con 300 pasajeros a bordo. El avión completaba
un vuelo de aproximadamente tres horas que originó la ciudad de “Thiruvananthapuram”
del estado de Kerala de la India. Aunque
no hubo fatalidades entre los pasajeros ni la tripulación, un bombero resultó
muerto mientras realizaba labores tratando de extinguir las llamas. En medio de
la emergencia, pasajeros documentaron las escenas de pánico a bordo del B-777,
mientras la tripulación de cabina procedía con la evacuación
del aparato solo por las salidas de la izquierda del avión, completando una labor digna de reconocimiento, mientras algunos pasajeros inconscientes, recogían sus pertenencias personales en los compartimientos de cabina del avión en una tareas absolutamente improcedente en una emergencia de este tipo .
Si
existe una frase que nadie quiere oír cuando se encuentra a bordo de un avión esa es “fuego
a bordo”. Esto debido a los peligros y los riesgos que existen cuando ocurre una
situación como esta. “Fue aterrador, cuando estábamos aterrizando vimos como
salía humo de la cabina. La gente gritaba y tuvimos un aterrizaje muy duro” Después
fuimos bajando del avión por los toboganes de emergencia y cuando estábamos lejos
del avión vimos cómo se incendiaba, fue horrible”. Esa fue la descripción de las escenas por parte de un pasajero,
situación que alguien firmó con su teléfono, en la que muestra algunos pasajeros recogiendo sus
pertenencias en vez de apresurar la evacuación del avión en medio del pánico provocado por un fuego del cual, por el momento, no se conoce el origen.
Un
fuego a bordo siempre será una verdadera pesadilla para tripulaciones y
pasajeros. Sin embargo, los aviones poseen sistemas de detección temprana de los incendios a bordo y en la mayoría de los casos se resuelve el problema.En el caso de las tripulaciones la atención a esta situación es constante, siendo el sentido del olfato el que trabaja de manera constante para
detectar situaciones de incendios potenciales en una aeronave. Aunque jamás me
he visto en una situación de este tipo, fueron bastante las ocasiones en las
que vi preocupación en las cabinas de mando cuando se sospechaba lo que podría ser un olor a “quemado” y uno de los tripulantes pregunta a otro; ¿..No te huele a quemao?".
Como
un hecho de la vida real sobre un fuego a bordo de un avión grande en el ámbito
de la Republica Dominicana, recordamos que el domingo 05 de septiembre del año 1993 un B-727-200
de la Compañía Dominicana de Aviación fue consumido totalmente por un fuego, que se desencadenó después
de haber aterrizado y haberse estacionado en la puerta A-6 del Aeropuerto
Internacional de Las Américas. El fuego redujo a escombro la aeronave. El
aparato había aterrizado como el vuelo de itinerario
DOA-604 de Dominicana originado en el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín de San
Juan Puerto Rico.
A pesar de que la aeronave venía mostrando algunos indicios en relación a la situación, el aparato continuaba en la línea de vuelo. Aquella noche ya en la madrugada, a la 12:45 a.m., luego de estacionarse en la posición de desembarque 6, la aeronave se llenó
de humo siendo evacuada por la tripulación que hizo su trabajo, aunque nunca fue reconocida por nadie. Sin embargo,
el incendio no pudo ser controlado por los bomberos del AILA y el B-727 fue consumido totalmente por el fuego, en un accidente del
que ha culpado a personas que necesariamente no son tan culpable como se dice y
como yo demostraré en un futuro no muy lejano. Yo estuve ahí esa noche cuando
el avión aún era consumido por el incendio.
Esperen pronto la historia completa del incendio del vuelo DOA-604 de aquella noche "septembrina".
Esperen pronto la historia completa del incendio del vuelo DOA-604 de aquella noche "septembrina".
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