Posición de Joaquín el día 30 de septiembre
Aunque resulta prematuro emitir juicios definitivos sobre la desaparición o no del barco “El Faro”,
sería apropiado que después del tiempo transcurrido desde su partida de
Jacksonville, plantear algunas hipótesis sobre los causales que han puesto en juego la seguridad de la nave, pero sobre todo, la suerte de las 33 tripulantes y personas a bordo. Así
mismo, podríamos tratar de evaluar la
decisión del capitán del barco de
iniciar una travesía de más de 1000 millas náuticas, cuya ruta colocaría la
nave en la aérea donde se conocía que existía un huracán, con una muy alta posibilidad de que afectara la embarcación de
acuerdo a la ruta lógica que debió tomar hacia Puerto Rico.
Por experiencia propia sé que despachar
una nave o aeronave a una zona
donde se conoce existen condiciones meteorológicas adversas no está permitido.
Pero estas decisiones son más determinante en situaciones de mal tiempo extremo, como las creadas por la existencia del
poderoso huracán Joaquín. Las preguntas lógicas,
entre otras, podrían ser las siguientes; ¿Qué
tipo de información meteorológica tenía
la tripulación del barco antes y al
momento de zarpar del puerto de Jacksonville?, ¿La información
meteorológica fue actualizada en ruta,
para que el capitán decidiera si continuar su viaje, recalar a otro puerto, o bien, regresar a Jacksonville?, ¿Que instruye el manual de operaciones de la empresa en
estos casos?.
Durante el día de hoy, se ha
informado sobre la aparición de un salvavidas de "El Faro" y de manchas de aceite en el área de
la última posición reportada por la tripulación, lo que proporciona cierta esperanza de su
pronta localización, aunque muchos entienden que tratándose el “Triángulo de
Las Bermudas” las cosas pudieran ser más difíciles, teoría supersticiosa que simplemente no comparto.
En una oportunidad, parecida a esta, debí negarme a
firmar el despacho de un vuelo a Nueva
York, cuyo capitán, en una manifestación rarisima, decidió “despacharse”,
a pesar de severas condiciones meteorológicas que existían en el Atlántico,
precisamente al Norte del Archipiélago
de Las Bahamas. Los resultados fueron, que después de más de una hora de vuelo
y de experimentar las consecuencias del
mal tiempo, la aeronave debió retornar a Las Américas, donde aterrizó
tranquilamente y sin consecuencias para el capitán del vuelo quien había convencido al Administrador General de la empresa de aquel tiempo, para iniciar el vuelo, por encima de despacho de vuelo. ¿Qué le parece?.
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