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26 de septiembre de 2015

El Papa Francisco y El Martin Fierro

                                                                                               
                                                                                                                  
            El Papa Francisco                                                                Rafaél Hernández                                                                                                                              
Durante  su visita pastoral a Nueva York el Papa Francisco continúa  impactando los corazones de las  gentes. Esto lo ha logrado a través de su forma particular de atraer las multitudes  y la manera genial de decir las grandes  verdades frente al liderazgo mundial. Sus planteamientos sinceros y directos  han hecho verter lágrimas a unos  y tomar grandes decisiones a otros, incluyéndome yo en el caso particular  de las lágrimas.

Esa genialidad del Papa Francisco para  que el mundo comprenda mejor sus mensajes, quedó manifiesta  en su  ponencia en la sede de Naciones Unidas ayer, durante la 70 Asamblea de la ONU, cuando recurrió a unos versos del  Gaucho Martin Fierro,  para llamar la atención sobre  la unidad del mundo, frente a la fragmentación predominante. Decía el Papa “el mundo experimenta un creciente fragmentación social que pone en riesgo todo fundamento de vida social,  y por tanto,  termina por enfrentarnos unos con otros para preservar los propios intereses”.

Como argentino, el Papa acudió al poema narrativo  en versos escrito por José Hernández en el 1872. En mi caso particular, cuando estudiaba en el colegio universitario de la UASD, el profesor Luis Frías Sandoval asignó un trabajo sobre el libro Martin Fierro. Para entonces lo compré bien barato en el economato de la universidad. Pero cuando realmente me deleité con los poemas  narrativos libro Martin Fierro, fue cuando me tocó un vuelo  con  una tripulación argentina, cuyo capitán era Eduardo Chayep.

Mientras el avión volaba y volaba  los tres argentinos  recitaban, de memoria, estrofas y estrofas  del Martín Fiero, mientras yo solo los  escuchaba. La que nunca he  olvido fue la primera  el Martín Fierro  que dice;

Aquí me pongo a cantar
al compás de mi viguela,
que el hombre que lo desvela
una pena extraordinaria,
como el ave solitaria
con su cantar se  consuela

Con esta y muchísimas otras estrofas del Martín Fierro, mate y cigarros,  me llevaron desde Las Américas hasta Barajas Madrid, mientras el avión Jumbo hacia su trabajo cruzando el inmenso Océano Atlántico. 

El Papa Francisco ha venido a ser una verdadera bendición para un mundo que tanto necesita de ese tipo de liderazgo.     

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