El concorde F-BTSD, el “Sierra Delta”, ahora en el museo Le Bourget
El próximo 13 de octubre del
año en curso, se cumplen 23 años de uno de los vuelos alrededor del mundo del
Concorde francés F-BTSD, el “Sierra Delta”. El vuelo fue financiado y efectuado, para
conmemorar los 500 años del descubrimiento de América, o más bien, “el
encuentro de dos culturas”. El vuelo partió de Lisboa, Portugal. En su
primera escala el Concorde aterrizó en el Aeropuerto Internacional de las
Américas de Santo Domingo, ciudad primada de América.
En la ocasión el Concord
francés, transportaba solo cincuenta pasajeros, que pagaron costosos boletos
para abordar el vuelo. El avión despego la tarde 13 de octubre del 1992, para completar la primera etapa de un vuelo
con dirección Oeste que circunnavegó
el planeta, realizando varias escalas programadas para reabastecimiento de
combustible, de alimentos y para proporcionarle servicios a la aeronave.
En el Aeropuerto
Internacional de Las América de Santo Domingo el Concorde y sus ocupantes fueron recibidos por una comisión oficial. Luego despegó del Aeropuerto Las Américas
rumbo a Acapulco México, para entonces volar a Honolulú, Hawái, prosiguiendo a
Guan y Bahrein para después terminar el
vuelo en el punto de partida, después de
recorrer una distancia aproximada de casi 41,000 kilómetros en tiempo record.
Recuerdo que para la
ocasión, la dirección de operaciones de la empresa Air France de Paris envió un mensaje al Centro de Control con un
instructivo en relación al descenso del Concorde. Recuerdo que, entre otras cosas lo
decía que entre los 50,000 y los 40,000
pies en descenso, no se podía restringir el proceso de descenso el avión, es decir que al Concorde no se le
podía "parar" el descenso entre esas
altitudes. Como saben el Concord volaba a Mach 2.2, duplicando la velocidad de
las aeronaves jet normales, siendo su velocidad la característica fundamental de la aeronave.
El último vuelo del Concorde de realizó el 26 de noviembre del año
2003, situación cuyo origen se debió
fundamentalmente asunto del altísimo costo operacional, en una aeronave como el concorde, donde el consumo encarecía el “costo/asiento” a valores tan altos, como los niveles a que volaba el avión haciéndolo
muy poco atractivo, en un mercado en donde las empresas con aeronaves ineficientes, no han podido mantenerse en al aire.
A partir del 2003 el Concorde ha pasado a ser
una pieza de los museos de Le Bourget
Toulouse Francia y del portaviones museo
del rio Hudson de Nueva York.
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