El pasado enero me referí, a través
de la Esquina de Mullix, al accidente
de un drone que estaba siendo utilizado en la
transportación de drogas narcóticas, presumible- mente de México a Estados Unidos. El accidente el vehículo aéreo
no tripulado, piloteado a distancia, ocurrió
cuando el aparato cayó a tierra en la norteña
ciudad de Tijuana, México, en un área cercana a la frontera de México y Estados
Unidos. Para entonces, este era el
primer accidente aéreo reportado de una
aeronave de este tipo, en pleno
desarrollo de una misión de transporte de narcóticos, y que además,
el accidente planteaba bastantes interrogantes en relación al uso de estos
artificios con fines ilegales, más allá de su uso como una valiosa herramienta científica y laboral.
Bueno, pues de acuerdo a una
publicación aparecida en un diario local, específicamente en El Dia , dos
personas han sido capturadas utilizando dos drones para
dar "soporte técnico“ de vigilancia, para proteger una operación narcotráfico en la frontera entre Haití y República Dominicana. De acuerdo a la información, las
autoridades del ministerio público de Jimaní, Provincia Independencia, poblado localizado en el área Sur de la frontera dominico-haitiana, lograron ocupar
dos drones que supuestamente, eran utilizados por dos imputados para vigilar y proteger una operación de transporte ilegal de narcóticos desde Haití hacia la República Dominicana. Con la captura de estos drones en el aérea de la
frontera, resulta más que evidente que la tecnología avanza rápidamente en
el ámbito del crimen organizado, siendo esto una muestra fehaciente de la capacidad de estas gentes para adaptarse
a estos nuevos medios tecnológicos.
Hace poco relativamente poco que
el Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) de Rep. Dominicana publicó la Resolución 008/2015 (transitoria) que
regula la operación de esos sistemas de
aeronaves piloteados a distancia o drones en el ámbito de la República Dominicana. La referida Resolución contiene las autorizaciones y restricciones para la operación
de estos vehículos aéreos, todas dirigidas a la protección de las personas, propiedades pública
privada y los derechos de intimidad del público
cuando se operen vehículos de este tipo.
Los drones de Jimaní plantean un
importante reto a las autoridades dominicanas que tienen que ver con el tema del control de las drogas narcóticas. La frontera dominico Haitiana es una línea cuasi imperceptible de más
de trecientos kilómetros desde Pedernales hasta Monte Cristi. Por sus características y
flexibilidad, los drones resultan ser vehículos adaptables a una amplia gama de
tecnología que pueden viabilizar su operación en cualquier ambiente, siendo su detección
bastante difícil en cualquier circunstancia.
Por todo lo anterior, ojalá que nos
adelantemos a estos “genios” y podamos tronchar este tipo de utilización de una tecnología
que llegó para quedarse y hacer sus grandes aporte al mundo de hoy.
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