No creo que haya dudas de la potencialidad de República
Dominicana para reinsertarse en las actividades del transporte aéreo de pasajeros y carga. Solo se requiere conocer de la
existencia de un mercado en contínuo crecimiento que ronda los diez millones
de pasajeros y turistas al año y la posibilidad de más de 100,000 libras de
carga diaria, solo de productos frescos del campo demandado por las diásporas dominicanas
establecidas en diferentes naciones del mundo, principalmente en
Estados Unidos de Norteamérica y Europa.
Sin referirnos a lo estratégicos del transporte aéreo, consecuencia
de nuestra condición de isla, República Dominicana
tiene la necesidad de desarrollar un
verdadero proyecto de transporte aéreo nacional, que responda a la necesidad y
deseo de los dominicanos de constar con su propia línea aérea, como ocurrió por
más de seis décadas.
El proyecto
tendría entres sus fortalezas; la existencia de un mercado étnico ansioso de utilizar los servicios de una
línea aérea verdaderamente dominicana. El
mercado está esparcido por las disparas dominicanas existente, tanto Estados
Unidos como en naciones del continente europeo; Nuestra oferta turística, la
mejor del Caribe; La existencia de recursos
humanos o "haberes humanos" especializados y muy fácil de adecuar para la operación, mucho de ellos, incluyendo
pilotos, mecánicos desarrollan sus
actividades en países lejanos, en muchos casos separados de los suyos.
En el caso de otros recursos o “haberes humanos”, muchos de ellos están ahí, listos
para brindar sus conocimientos y experiencias. En el caso particular de la CDA,
la empresa posee recursos materiales que todavía pueden ser perfectamente recuperables
o negociables en favor de la empresa en
el país y en el extranjero. Pero una de
las mayores fortalezas de CDA, es que a pesar del tiempo transcurrido, los
dominicanos tienen en la empresa un proyecto particularmente suyo.
El crecimiento del
turismo tendría un muy buen aliado en una empresa netamente dominicana.
Precisamente esa fue la clave para el lanzamiento de Puerto Plata como destinos turístico a principio de
los ochenta. Este destino de la costa Norte, se ha
visto limitado en su crecimiento en los últimos tiempos, sin embargo el punto
de inflexión pudiera ser una empresa aérea dominicana, lo mismo pudiera pasar
con Barahona, cuyo letargo aeronáutico
se debe a la inexistencia de un transportista nacional. Puerto Plata encabezó
el turismo dominicano, coincidiendo con los mejores tiempos del transporte
aéreo de empresas dominicanas grandes y pequeñas.
La realidad de hoy presenta un nuevo reto para la
alicaída industria del transporte aéreo de República Dominicana. La nueva
realidad presenta un ambiente ideal para el lanzamiento de un proyecto
viable de aviación netamente dominicano.
No se trata de asumir los viejos esquemas y aeronaves, se trata del preciso
momento cuando debemos olvidarnos de antiguos
patrones para integrar aeronaves de última generación. Pero ademas, es es tiempo de nuevas estrategias
administrativas y operacionales en un ambiente de buenos precios del
combustible de aviación y muchos
pasajeros.
Fuente de la foto: Amtran
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